Uno es consciente a esta altura que el medio, cualquiera sea, tiene sus propias instrucciones de uso. Es ingenuo pensar que una herramienta es neutral: si un martillo es utilizado por el carpintero es una cosa, en cambio dénle un martillo a un niño y seguramente pensará que todo debe ser martillado. Por ende, es bueno pensar que uno puede utilizar herramientas para determinado fin pero siempre teniendo en cuenta que esas herramientas, en la medida en que las utilizamos, producen algún cambio en nosotros y en las prácticas que realizamos.
Con la televisión pasa algo así. Están los que valoran su eficacia para transmitir información y los que, justamente, la critican por desinformar. Más saludable sería pensar en cambio que en su complejidad coexisten ambas posibilidades y que, si bien el medio nos impone ciertas reglas de uso, también estas pueden ser doblegadas para decir algo que, en principio, no estaba previsto.
Así pasó el día de ayer en el programa "Otro Tema" de Santo Biasatti. La discusión era sobre el proyecto por el nuevo servicio militar tan mentado por el inescrupoloso e ineficiente Julio Cobos. Como nota color del debate, el Programa había invitado a un grupo de compañeros mercedinos que estaban "haciendo algunas prácticas sociales" en un barrio carenciado de la ciudad de Mercedes, Buenos Aires. Lo que no se esperaba Biasatti (pobre el agente de producción que tuvo la idea de invitar a estos "pibes") era que estos compañeros iban a bajar tremendo discurso!! Cuando seguramente lo que esperaba era un cuentito lavado sobre cómo los pibes hacen lo que el Estado no, se encontró con que esos pibes tenían bien en claro que sus actividades se encontraban enmarcadas en una política nacional y que la posibilidad de que creciera tanto cuantitativa como cualitativamente no dependía de simple voluntarismo sino de creer y comprometerse con el destino de esas políticas.
Vuelvo a decir: tremendo discurso el del compañero Juan Ustarroz. Cuando la palabra es recobrada, cuando la voz es recuperada, no hay espacio ni medio en donde el silencio pueda acallar la contundencia de los hechos. A diferencia de lo que dice Biasatti al final de la entrevista: "los felicito más por lo que hacen que por la entrevista", hay que decir: "los felicitamos, no sólo por lo que hacen, sino también por lo que piensan sobre aquéllo que hacen". Esto es parte de una nueva conciencia que la militancia tiene sobre la comunicación. Esto es un indicio más del saludable camino que hemos emprendido, como dice otro compañero, "a paso de vencedores".
Dejo el video, seguramente mucho más interesante que este prólogo ensayado.
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